viernes, 11 de enero de 2019

CASARRUBIOS DEL MONTE “CAPITAL DE ESPAÑA”


El año pasado la villa de Casarrubios del Monte celebró el 550 aniversario de la proclamación de la Princesa Isabel como heredera al trono de Castilla. Este año conmemorará el 400 aniversario en que la villa fue “capital de España” por 26 días. Un hecho accidental y fortuito que llevó a reunir en este lugar a las más altas personalidades de la política y la nobleza de la época.

En algún momento he dicho que nuestra villa posee una historia tan rica y amplia, que bien podría estar celebrando aniversarios y conmemoraciones de hechos históricos largo tiempo sin necesidad de aprovecharnos de historia ajenas.

Este año se cumple el 400 aniversario del gran acontecimiento que convirtió a Casarrubios del Monte, en el centro de atención de toda España, debido a la estancia de 26 días del rey Felipe III aquejado de una grave enfermedad.

En 1619 Felipe III viajó con su familia a Portugal para que las cortes lusas juraran a su hijo, el príncipe Felipe, como príncipe heredero.
Al volver a Madrid, lugar de residencia de la corte, el rey se empezó a encontrar indispuesto, y en Santa Olalla, creyeron que el monarca no llegaría a Madrid, por lo que a toda prisa debían encontrar un sitio adecuado para detener la marcha, creyendo lo más conveniente llegar cuanto antes a Carrubios del Monte, donde se detendrían.
Era el 8 de noviembre de 1619. Al llegar a nuestra población les surgió la duda de, si llevar al rey al hospital, o alojarle en el palacio del conde de Casarrubios. Dado que el hospital no era apropiado para un rey, pues allí se recogía a los enfermos más humildes de la población y a los transeúntes que transitaban por el Camino Real, decidieron alojarlo en el palacio.
El rey ocupó la habitación principal del palacio e, inmediatamente, se acordono la zona, prohibiendo el paso de personas, animales y carruajes, como la suspensión de cualquier toque de campana que alterase el reposo de tan ilustre enfermo.

Enseguida comenzaron a llegar a Casarrubios la alta nobleza y autoridades de Madrid. Unos a interesarse por el enfermo, otros de visita, muchos se alojaron nuestra villa todo el tiempo que aquí se encontró el rey, el caso es que por aquí pasaron cientos de personas, aparte de escritores, poetas, curiosos e interesados. Pues para muchos esto fue algo que no podían perderse.

Junto a esta gente, también empezaron a llegar las reliquias enviadas desde diversos puntos de España, como el manto y el niño de la Virgen de Guadalupe, reliquias del Escorial y el cuerpo momificado de San Isidro. Reliquias que fueron depositándose en un altar habilitado al efecto en la propia habitación que ocupaba S.M. El manto fue puesto sobre su cama y, el cuerpo de San Isidro llevado a la parroquia de Santa María, no sin antes dejar depositado un dedo en dicho altar.

Las misas y rogativas se sucedían de continuo por la salud del rey a cargo del clero regular y frailes de Casarrubios, que llenaba a cualquier hora la iglesia de fieles y curiosos.

La estancia que parecía ser momentánea, se fue alargando día tras día y la enfermedad obligó a que aquí hiciera testamento el monarca. Testamento que, año y medio después, sería válido a la muerte del rey con algunas modificaciones.
Ni que decir tiene el revuelo que dicha visita ocasionó en la población, así como en las aldeas y pueblos cercanos y no tan cercanos, pues la noticia de que el rey agonizaba en Casarrubios corrió de boca en boca hasta el último confín de España.

Dicha estancia congregó en nuestra villa a representantes de la política y la nobleza, dando lugar a que se celebraran consejos de Guerra y de Estado, lo que hoy serían los consejos de ministros, en el coro alto y la sacristía de la parroquia de Santa María. Por lo que, pasados los siglos, la historia da a Casarrubios del Monte el merecido título de “capital de España” por 26 días de aquel mes de noviembre de 1619, en que desde aquí se dirigió la nación.

Dado que esta hazaña ocurrió en pleno Siglo de Oro de las letras españolas, la visita quedo plasmada en infinidad de documentos, libros, novelas, obras de teatro, revistas y panfletos que hacen fácilmente recordarlo en la actualidad.

Cada una de las situaciones acaecidas en nuestra villa en esos 26 días, hasta la partida del rey para Madrid el 3 de diciembre, guardan detrás grandes historias que ya os iré contando, como la traída de los restos de San Isidro, las procesiones y rogativas, la estancia del príncipe, futuro Felipe IV, la obligación de que a Casarrubios se trajera alimentos para abastecer a tanta gente, la marcha del monarca, etc... Así como las disputas atribuidas a la curación del rey por unas y, otras, reliquias, que quisieron llevarse el mérito de su intervención.

Fausto-J. Arroyo López

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