viernes, 28 de noviembre de 2014

LA ANUNCIACIÓN DE CASARRUBIOS DEL MONTE
Obra de Jusepe Leonardo

"La Anunciación" es otra gran obra pictórica que guarda el pequeño museo parroquial de Casarrubios del Monte. Pintada por de Jusepe Leonardo, cuyo verdadero nombre era José o Jusepe Leonardo Chavaciel y Solimón, nacido en Calatayud el año 1601.
A los once años se trasladó a Madrid a estudiar pintura con Vicente Carducho y Eugenio Cajes, abriendo su propio taller en 1620. Entre los primeros encargos que contó, se encontraban dos versiones de la "Anunciación"; una para Casarrubios del Monte y otra para Santo Domingo de Silos.
Con el tiempo llegaría a ser uno de los pintores más destacados de la corte, y su fama y obras se extendieron por Madrid y Castilla. Falleciendo en pleno apogeo de una enfermedad mental que acabo con él en 1652.
Puede que sea “La Anunciación de Casarrubios”, uno de los cuadros más importantes de la pequeña pinacoteca, a través del que se nos da toda una clase de pintura. El cuadro fue pintado entre los años 1621 y 1625, sin poderse concretar la fecha exacta. Es un lienzo de mediano tamaño (126,5 cm. de alto por 92 cm. de ancho), el cual, aumentaba su valor por ser uno de los pocos que se conservaba firmado por el autor, en cuya parte inferior izquierda, en letras capitales y en una sola línea, se podía leer: "DEPINGEABAT JOSEPHVS LEONARDVS", y que la manipulación de algún "entendido" no solo ha emborronado la pintura, si no que, hasta ha raspado la firma del autor y, unido a las manos inexpertas de su último restaurador, lo han dejado tan afectado, que más hubiese valido dejarlo como estaba.
De esta pintura comentó Antonio Ponz que la encontraba “muy parecida” al estilo de Vicente Carducho, recordándole también la influencia de su otro maestro Eugenio Cajés.
El autor, aunque sigue un esquema tradicional, dados por otros artistas, introduce algunas variantes, siendo propio del mismo el color violeta del corpiño sin mangas del Arcángel san Gabriel, según detalla ampliamente de esta pintura de Casarrubios, María Ángeles Mazón en su libro dedicado al pintor.

De mi libro "Anécdotas y Curiosidades en la Historia de Casarrubios del Monte"
                                                                                                   F.-Jesús Arroyo López.


martes, 19 de agosto de 2014

OCURRIÓ EN UN MES DE AGOSTO

A los amantes de la historia de Casarrubios del Monte os dejo la pequeña efemérides de un mes de agosto, según aparece en mis libros “Anécdotas y curiosidades en la historia de Casarrubios del Monte “ y “Casarrubieros”.


               
15-8-1352 Toma posesión de la villa de Casarrubios y sus términos, don Diego Gómez de Toledo, Capitán de los escuderos del rey y Notario Mayor del reino.

1-8-1382    Próximo a entrar en batalla, durante la guerra que Juan I de Castilla mantenía contra Portugal, don Pedro Suárez de Toledo, (hijo del anterior) hizo testamento en Badajoz, mandando que si muriese en batalla, le llevaran a enterrar ante el altar mayor del monasterio de San Agustín de Casarrubios del Monte, que acaben las obras de dicho convento que comenzara su padre y le canten quinientas misas.

7-8-1484    D. Gonzalo Chacón y su mujer Dña. Clara Alvarnáez, formaron Mayorazgo con la villa y fortaleza de Casarrubios del Monte junto con Arroyomolinos, según escritura de fundación que se conserva en el archivo de la Casa de Alba, a favor de su único hijo Juan Chacón Alvarnáez.

21-8-1526  Fecha en la que aparece documentado el primer registro bautismal de Casarrubios del Monte. Se trata de Francisca, hija de Pedro de Segovia y de su mujer Mari López, bautizada en la parroquia de San Andrés.

21-8-1528  Dos casarrubieros; Alonso Díaz, hijo de Diego y de Ana, y Miguel Álvarez, hijo de Martín y de Catalina,  salen para Perú.

3-8-1535    La reina ordena a los alcaldes de Casarrubios del Monte, por una Real Cédula, enviar al Consejo de Indias el testamento de Pedro de Villalobos, regidor de Veracruz, en Nueva España, quien fue como procurador de ella, para proveer a la solicitud de ciertos acreedores.

3-8-1554    En la parroquia de San Andrés de Casarrubios, es confirmado Alonso Delgado, quien sería obispo de Astorga y moriría en dicha ciudad el 21 de agosto de 1583. Fundador de una capilla y tres capellanías en la parroquia de San Andrés de Casarrubios.

29-8-1567  El Consejo envía una carta recomendando al Presidente del pleito de Francisco Chacón con la ciudad de Segovia, por el caso de Navalcarnero, para que se encuentre presente en lo que se refiere a dicho pleito y que nombre jueces ejecutores competentes para este asunto. Lo que demuestra que los pleitos han ido pasando por diversos Señores de Casarrubios y que en esta fecha aún continuaban.

19-8-1620  Don Bernardo de Rojas y Sandoval, Arcediano de Talavera juntamente con su hermano, don Francisco Chacón, Arcediano de Toledo, hijos del primer conde de Casarrubios y sobrinos del Arzobispo de Toledo, don Bernardo Sandoval, firma una escritura de aportación de fondos para la obra del chapitel de la torre de la iglesia de Santa María.

6-8-1624    Al erudito casarrubiero Francisco Vélez de Arciniega se le concede el permiso para editar “Teoría pharmaceutica secciones septem, regularum…”. Uno de sus muchos tratados sobre la farmacología del siglo XVII.

17-8-1633  Fallece doña Mencía de Ayala, esposa de don Gonzalo Chacón, II conde de Casarrubios del Monte.

3-8-1648    Contraen matrimonio en la parroquia de San Andrés, don Mateo Gómez de la Cava con doña Isabel Martín Rubín, padres del casarrubiero  don Pedro Gómez de la Cava, quien llegaría a  ser Consejero de S.M. y ministro del Consejo de Castilla.

24-8-1683  Durante la visita pastoral que realizara a Casarrubios el obispo Alonso de Santa Cruz, tío de otro casarrubiero del mismo nombre e inquisidor de Murcia, se sube a la torre a consagrar las tres campanas que, por aquel entonces, tenía a la parroquia de Santa María.

15-8-1691  Fallece en Madrid doña Isabel Chacón y Cárdenas, IV condesa de Casarrubios, quien naciera en esta villa la mañana del domingo 7 de enero de 1624.

20-8-1741  Fallece a los 80 años Fray Gregorio Téllez Villarroel, obispo de Ciudad Rodrigo, quien había nacido en Casarrubios del Monte el 12 de marzo de 1661.

24-8-1786  El capellán Manuel Martínez Gil, contesta las cuestiones referentes a la villa de Casarrubios del Monte, recogidas en las “descripciones del Cardenal Lorenzana” que tan valiosamente han servido para conocer la historia de la villa.


F.-Jesús Arroyo López



martes, 22 de julio de 2014

TODO ACONTECIÓ EN UN MES DE JULIO



    Hoy traigo a este blog una pequeña efemérides ocurrida en el mes de julio, sacada de mi último libro, “Casarrubieros”. En él hablo sobre aquellos hijos de esta villa que se distinguieron e hicieron honor a nuestro pueblo.



    5-7-1503 Fallece en Alcalá de Henares, cuando estaba con la Corte, don Juan Chacón. Aquel que mandara construir el castillo de Casarrubios y cuyas obras quedaran paralizadas a partir de esta fecha.

    15-7-1571 Profesa en el convento de la Orden Carmelita de San José de Toledo, Catalina de los Ángeles, natural de Casarrubios. Moriría en el pueblo de Cuerva.

    22-7-1576 Fallece doña María Chacón, dama de la princesa de Portugal y aya del príncipe don Fernando. Madre de don Bernardo Sandoval y Rojas, arzobispo de Toledo. Nacida en Casarrubios e hija de los II Señores de Casarrubios, don Gonzalo Chacón Fajardo y de doña Francisca de Guevara.

    5-7-1578 Don Gonzalo Chacón y Ayala, nacido en Casarrubios, es nombrado Caballerizo Mayor de la reina doña Margarita. Sería el I Conde de Casarrubios.

    30-7-1588 Sale para las Indias el casarrubiero Francisco Hernández Román. Era solo un chaval cuando acude a la llamada de su tío quien pretendía ayudar a su hermana viuda con cinco hijos.

    XX-7-1598 Fallece don Bernardo de Salazar. Provincial de la Orden Franciscana de Castilla. 1-7-1624 Martín López marcha a las Indias como criado de don Luis de Rojas y Borja, Gobernador de Florida. Forma parte de una gran lista de casarrubieros que partirían a las Indias en los siglos XVI y XVII.

    11-7-1637 Ana Gutiérrez de Mora y Montoya marcha a Perú con su marido, el doctor Juan Isidro Romero. Nieta del famoso maestro de obras de Casarrubios, Francisco de Mora.

    9-7-1641 Es enterrado en la parroquia de Santa María de Casarrubios D. Francisco de Rojas Carvajal y Mendoza de Sotomayor, Capitán de Caballos de S.M. quien, fallecido en Madrid, fue traído a sepultar delante de las gradas del altar mayor, donde mando poner “su yerro y armas”. Había nacido en Casarrubios en 1583.

    12-7-1657 Fallece don Juan Chacón Ponce de León, natural de Casarrubios y Señor de Polvoranca. Nacido en Casarrubios en 1602.

    26-7-1696 Alonso de Santa Cruz del Rincón ingresa en el colegio viejo de San Bartolomé de Salamanca, embrión de la universidad salmantina. Fue religioso y Oficial de la Inquisición, en la que llegaría a ocupar altos cargos. El 6 de julio de 1701 se llevó a cabo en Casarrubios del Monte la instrucción de su expediente de información de limpieza de sangre, de no ser descendiente de moros ni judíos, entre los que se encontraron presentes varios vecinos de la villa. 28-7-1711 El agustino fray Juan Sánchez, hermano corista y estudiante de teología, natural de Casarrubios, parte para Filipinas con una comisión evangelizadora.

    16-7-1720 D. Pedro de la Cava es nombrado Consejero de Castilla, lo que hoy correspondería al cargo de ministro. Fue bautizado en la parroquia de San Andrés el 30-8-1651.

    22-7-1771 Fallece Alonso de Fuenlabrada Gómez de la Cava, sobrino del anterior. Militar y Gobernador de la Real Ciudadela de la Barceloneta.

   


F.-Jesús Arroyo López.


                                                                            

miércoles, 16 de julio de 2014

OCURRIÓ HACE MUCHO TIEMPO



    A mitad del siglo XVII quedó reflejado en los anales de la villa un hecho intrascendente que pudiera pasar desapercibido, pero que ahora consideraríamos un accidente absurdo. Dice mucho sobre nuestra historia y nos da una idea de cómo eran las cosas hace, casi, cuatrocientos años.

    Habitaba en Casarrubios del Monte el licenciado Pedro de Castro, cura propio de esta villa y sus anejos, con el que vivía su hermano Diego. La mañana del doce de mayo de 1659, Diego salió de su casa para ir a El Álamo, lugar de esta jurisdicción de Casarrubios. Ese día por la tarde cayó una gran tormenta que hizo bajar muy crecido el arroyo que se encontraba a poco más de la mitad del camino. Serían las cinco de la tarde cuando Diego de Castro regresaba de El Álamo, encontrándose con la gran tromba de agua que dificultaba su paso, por lo que pereció en su intento de vadear el arroyo. Pasado una hora, más o menos, del suceso, fue traído a su casa, siendo enterrado al día siguiente en la nave de Nuestra Señora de la Concepción de la parroquia de Santa María.

F.-Jesús Arroyo López.


                                                                            

jueves, 10 de julio de 2014

UN POQUITO DE HISTORIA



    Cada vez que visito una ciudad, pateo sus calles en busca de sus monumentos y de su historia. En muchas de ellas encuentro gratas sorpresas relacionadas, de una u otra forma, con Casarrubios. Parece mentira, pero así es. Cuando se conoce la historia de nuestra villa, el turismo en otras ciudades te ofrece gratos hallazgos. Ahora, en Tarragona, me topé con la “Casa del Cambrer” cuya lápida de la puerta dice tratarse de un palacio gótico-renacentista, donde vivía el camarero, dignidad eclesiástica de la Seu. Sirvió de residencia real y en él murió la reina Juana Enríquez, madre de Fernando el Católico.

    Se da la circunstancia que esta reina era Señora de Casarrubios del Monte. Descendiente directa de don Diego Gómez de Toledo y de doña Inés de Ayala, cuyo Señorío pasaría a su hija, doña Inés de Ayala, de igual nombre que la madre, quien casó con Fernández de Córdoba, y tuvieron a Mariana de Ayala y Córdoba, quien recibiría la propiedad de manos de su madre, como dote al contraer matrimonio con don Fadrique Enríquez de Mendoza, II Almirante de Castilla, con quien tuvo a doña Juana Enríquez. Doña Mariana de Ayala murió siendo su hija muy pequeña, y don Fadrique volvió a contraer un nuevo matrimonio, quedando al frente de la propiedad de Casarrubios que administraría junto con los hijos de su segundo matrimonio, hasta pasarla a doña Juana, quien casó con Juan II, rey de Aragón.
En 1468 murió en esta casa doña Juana Enríquez y Fernández de Córdoba, V Señora de Casarrubios del Monte y Reina consorte de Navarra y de Aragón.

   

F.-Jesús Arroyo López.


                                                                            

miércoles, 14 de mayo de 2014

PONENCIA EN LAS JORNADAS HISTÓRICAS CELEBRADAS EN VALMOJADO
"EL SEÑORÍO DE CASARRUBIOS"



    El Ayuntamiento de Valmojado acaba de publicar la ponencia que, bajo el título Aprender a amar la historia: Señorío de Casarrubios, impartí en las Jornadas Históricas "Raices Compartidas", organizadas por su Concejalía de Cultura el 25 de abril pasado.

    Para cuantos pueda interesar la historia de dicho Señorío, la pueden encontrarla en la siguiente dirección.

    Click Aquí

   

F.-Jesús Arroyo López.


                                                                            

lunes, 28 de abril de 2014

UNA BUENA INICIATIVA



    El pasado viernes, 25 de abril se celebró en Valmojado las I Jornadas Históricas, bajo el título de “Raices Compartidas” organizadas por su Ayuntamiento.

    Se trató de un punto de encuentro y participación de historiadores y aficionados a la historia en torno al Condado de Casarrubios, que incluye los pueblos de Arroyomolinos, Casarrubios del Monte, El Álamo, Las Ventas de Retamosa, Villamanta y pueblos próximos como Navalcarnero y Camarena.

    Las ponencias versaron sobre poblamiento, caminería y geografía antigua y medieval de la zona, por Jesús Rodríguez; formación del Señorío de Casarrubios hasta su transformación en Condado, y sus principales acontecimientos históricos a cargo de Fausto-J Arroyo; por último, Ángela Crespo, disertó sobre la arqueología de la Guerra civil en la zona.

    En esta primera Jornada, los asistentes comentaron cuantas inquietudes sentías por la historia, aunque muchos lo hicieron en corrillos, una vez terminada la charla, departiern, tanto, de heráldica, genealogía, como, de la propia historia, en toda su amplitud. Desde la formación del propio Señorío de Casarrubios, como de las Guerras Carlistas o Independencia de la zona.

    Su moderador y concejal de cultura de Valmojado, David González, lanzó a las autoridades presentes, el reto a tomar el testigo para la celebración de las próximas Jornadas, en las que los ciudadanos puedan acercarse a sus raíces y participar de los debates sobre la historia de sus pueblos. Esperamos cunda esta iniciativa cultural.
El acto contó, entre otros, (de izquierda a derecha) con la asistencia de Nicolás Sánchez, concejal de urbanismo de Valmojado; Magdalena de León, Teniente de Alcalde y Concejala de Cultura de Las Ventas de Retamosa; Fausto-J. Arroyo, ponente; Alberto Gómez Mayoral, Concejal de Deportes, Juventud y Festejos de Casarrubios del Monte; Mª Teresa Paz, Alcaldesa de Casarrubios del Monte; Bonifacio Segovia, Alcalde de Camarena; Jesús Agudo, Alcalde de Valmojado; Baltasar Santos, Alcalde de Navalcarnero; Eva Mejías, Concejala de Cultura de Navalcarnero; Ángela Crespo, ponente; Jesús Rodriguez, ponente y David Gonzalez Agudo, concejal de cultura de Valmojado.

   

F.-Jesús Arroyo López.


                                                                            

viernes, 28 de marzo de 2014

UN BREVE PASEO POR LA HISTORIA DE CASARRUBIOS DEL MONTE

Puede seguirlo en:

https://www.facebook.com/pages/Casarrubios-del-Monte/1451630301724507

viernes, 7 de marzo de 2014

CONOZCAMOS ESTA GRAN PINTURA

MARTIRIO DE SAN ANDRÉS 
Óleo sobre lienzo de Francisco Ignacio Ruiz de la Iglesia



    Muchos habremos pasado por delante del este cuadro admirando a los personajes que, a tamaño casi real, acuden expectantes a la crucifixión del Apóstol, pero no sabemos más de él. Ahora, con la ayuda de expertos y biógrafos, vamos a intentar explicar en profundidad para conocer algo más a cerca de esta magnífica obra, que es una más de las joyas pictóricas con las que cuenta la parroquia de Santa María de Casarrubios del Monte.

    Se trata de una gran pintura de la escuela madrileña que por su calidad y tamaño, casi descomunal, 8,60 x 4,45 m. la hacen singular.

    De claras influencias del cuadro de Rubens que decoraba el altar mayor de la capilla del Hospital de los Flamencos en Madrid, por entonces, uno de los cuadros más célebres de la capital y fuente de inspiración para los pintores de la época, si bien, la mayor inspiración la tomó de otro cuadro de Francisco Rizi (1614-1685), fue pintada por Ignacio Ruiz de la Iglesia en 1696.

    El cuadro representa el martirio de San Andrés, en el momento que los soldados y sayones están clavando la cruz al suelo y atan los pies y las manos del Santo al madero para alargar su agonía y sufrimiento.
La luz incide en los personajes del ángulo inferior izquierdo, dispuestos de forma escalonada, entre los que destaca Maximila, esposa de Egeas, quien suplica a su marido, procónsul romano a caballo, perdone al apóstol, que la había convertido al cristianismo.
Delante del caballo destaca la figura a contraluz del joven soldado a pie, que con lanza y escudo dirige su rostro conmovido hacia Egeas. A este le siguen sus soldados a caballo con lanzas y estandartes ondeando al viento, entre los que no falta el lábaro o insignia romana y la banderola, en formación circular que se oculta por la pendiente del terreno dejando apenas entrever las siluetas de las lanzas, para aparecer de nuevo entre las aspas de la cruz, casi disueltos en la atmosfera luminosa del fondo rodeando la escena. En la visión celestial Jesucristo dirige el rayo divino sobre el rostro del mártir, y dos ángeles mancebos prestos a entregar a San Andrés la corona de flores y la palma del martirio, sobre un fondo de nubes y claros. No falta, como en otras composiciones del Ruiz de la Iglesia, un trozo de muralla, al fondo a la izquierda, que delimita la composición por ese lado y marca la pendiente del terreno. Al fondo, la cruz, que en un montículo, permite despegarse de la zona de la tierra, alzándose como un gigante por encima de los personajes que asisten al martirio. Blancos, azules y rosados muy delicados contrastan con verdes y rojos intensos, que producen una sensación de pintura al fresco


    En otros tiempos, el cuadro ocupó el retablo de la desaparecida iglesia dedicada al santo mártir y patrón de Casarrubios del Monte. Incendia la parroquia de San Andrés en 1822, los objetos religiosos pasaron a la de Santa María, y con ellos este lienzo que fue colocado en el testero del crucero derecho, donde el paso del tiempo le fue deteriorando hasta ser descolgado para la restauración que sufrió la iglesia en 1954, perdiendo los restos de marco dorado que le rodeaba como parte del antiguo retablo, y pasó a ser guardado en un cajón de la sacristía, donde este autor lo conoció en los pasados años 60. Su lamentable estado de conservación aumentó con un agujero de unos 80 cm. en la parte superior derecha, que fue reforzado con otro lienzo del siglo XVII con escenas de la vida de San Agustín que, para nada, tenía que ver con el propio cuadro. Desconociendo en qué momento se llevó a cabo semejante barbarie.

    La pintura fue restaurada en 1996 por Antonio Sánchez-Barriga y, ahora, el lienzo puede volverse a admirar en toda su brillantez sobre un bastidor y sin moldura, en el mismo sitio que ocupara antaño, en la parroquia de Santa María.

    El cuadro fue encargado por la parroquia de San Andrés al pintor Sebastián Muñoz (h. 1650-1690), que lo dejo inacabado al morir accidentalmente por la caída de un andamio mientras pintaba en la madrileña iglesia de Nuestra Señora de Atocha, dejando la traza y el cuadro imprimado con la composición dibujada. Dicha obra pasó a su amigo Francisco Ignacio Ruiz de la Iglesia (1649-1703), quien la retomó y realizó para ella unos estudios preparatorios que pueden localizarse en la Casa de la Moneda de Madrid. Aunque la mayor inspiración, como ya se ha dicho, la tomó de otro cuadro de Rizi. Ruiz de la Iglesia la adaptó a su propio estilo con gran talento, hasta el punto de llegar a crear una de sus mejores obras, firmada en 1696.

    Veinticinco años antes de encargar el cuadro de altar a Sebastián Muñoz, la iglesia ya había encargado la renovación de su altar mayor al ensamblador madrileño Pedro de la Torre (1596-1677). Un año antes de morir, el arquitecto-ensamblador afirmaba en su testamento que tenía pendiente de hacer el retablo mayor de la iglesia parroquial de Casarrubios con su custodia, que se le habría encargado, para el que había formado compañía con su sobrino Francisco de la Torre, y que probablemente nunca llegaron a realizar. Francisco Rizi fue uno de los más estrechos colaboradores en los proyectos del ensamblador, por lo que hace albergar la hipótesis que fuera a Rizi y a de la Torre a quienes primeramente se le hiciera encargo del cuadro, y que a su muerte, pasó a Sebastián Muñoz que, debido a su muerte fortuita, pasara a Ignacio Ruiz de la Iglesia quien finalmente, acabara pintando el cuadro.

    Cabe la paradoja que a Sebastián Muñoz se le considera natural de Navalcarnero, sin documentación alguna que lo certifique ni conste en aquella localidad la partida de bautismo, en cambio, es muy probable que se trate del mismo Sebastián Muñoz que en enero de 1670 entró como aprendiz por un periodo de cuatro años en el taller del pintor toledano Hipólito Torres. En la escritura de aprendizaje, con las cláusulas habituales, su padre declaraba que el muchacho era de edad de doce años y natural de Casarrubios del Monte, localidad muy próxima a Navalcarnero y para la que Sebastián Muñoz, en el momento de su fallecimiento, estaba pintando el cuadro del Martirio de San Andrés. Cuentan que Sebastián Muñoz era muy aficionado al baile y el accidente le sobrevino al estar marcándose unos pasos en el andamio mientras pintaba.

   

F.-Jesús Arroyo López.


                                                                            

lunes, 24 de febrero de 2014

CONVENTO DE SAN AGUSTÍN

El convento de San Agustín fue un monasterio de la Orden de los agustinos existente en Casarrubios del monte desde el siglo XIV al XIX. Su origen se remonta a la existencia en sus alrededores de unos Caballeros de la Orden del Temple que en época de la reconquista ocuparon la Basílica de Santa María de Abajo y, tras su disolución en el siglo XIV, algunos se convirtieron en eremitas de la Orden de San Agustín y, muy posiblemente, por la ruina de la Basílica se trasladarían a extramuros de la villa, como ya lo veían haciendo el resto de los habitantes de la zona.




Hacia el año 1354 se fundó una mísera casa convertida en convento y, una veintena de años más tarde, ya en 1372, recibieron la ayuda de los Señores de Casarrubios, don Diego Gómez-Pérez de Toledo y de su mujer, doña Inés de Ayala. El matrimonio impulsó a los frailes a la refundación del monasterio llevándoles a una nueva ubicación, para lo que dichos Señores entregaron a Fray Juan de Ocaña unas casas en las que construir el nuevo convento de la Orden de San Agustín, que fue bastante espacioso y cómodo.
Las donaciones no debieron ser las únicas, pues el 31 de mayo de 1375, doña Inés de Ayala hizo entrega al monasterio de las casas de la judería, cercanas a la iglesia de San Andrés, lo que indica la prolongación de las obras. En ese tiempo, se designó Prior, y se llegó a un acuerdo con la familia Ayala para que en el monasterio hubiese doce frailes, de los cuales, al menos, seis de ellos debían ser sacerdotes. Las obras continuar otros diez años más, según afirmaba don Pedro Suárez, hijo del matrimonio benefactor, en su testamento fechado en agosto de 1383. En él mandaba se acabasen las obras, para las que su padre dejó 15.000 maravedíes, pedía ser enterrado delante del altar mayor y creó tres capellanías perpetuas por su ánima, dejando para ello toda su heredad de Tormantos. Se desconoce si, finalmente, y tras su última voluntad, don Pedro fue sepultado en el covento, ya que murió guerreando en Portugal ese mismo año.

En el siglo XV, Fray Alonso de Ravanal, provincial de la Orden, dio una carta de hermandad a los que ayudaran a la edificación de la iglesia y, un siglo más tarde, se acometieron grandes mejoras que pasarían por una nueva construcción de la iglesia que en 1610 se encontraba totalmente derruida, por lo que se firmaron escrituras de la demolición de las ruinas existentes y construcción de una nueva iglesia y capilla, por un importe de 3.600 ducados y una duración de dos años. La falta de dineros llevaron a que en 1689 se dictara una Real Cedula concediendo licencia para pedir limosna en las Indias por tiempo de seis años con el objeto de acabar la capilla de Nuestra Señora de Gracia de la villa de Casarrubios del Monte.

En los archivos de esta casa se encontraban importantes documentos como la Bula expedida en Roma el año 1479 por el General de la Orden Fray Ambrosio Massario, comunicando a toda la Orden los privilegios de Pavía, la Bula con los privilegios que el Papa Gregorio XIII concedió el 3 de abril de 1584 al altar de San Nicolás de Tolentino en la iglesia de este monasterio, siempre que los sacerdotes conventuales del mismo celebraran en él por los difuntos. También se encontraba la Bula que concedió el Papa Paulo V en San Marcos el día 22 de septiembre de 1611 a este convento, con facultad para fundar una cofradía de Nuestra Señora de Gracia, e indulgencia plenaria a sus cofrades en el día de su ingreso y otras parciales en varios días del año. El convento tenía por advocación a esta Virgen, en cuya iglesia se veneraba su imagen de gran valor, traída de Portugal y famosísima por sus continuos milagros, cuya fiesta se celebraba el jueves inmediato al 8 de septiembre.

En los años 1452 y 1470, aquí se celebraron dos capítulos provinciales de los agustinos de España. En 1541 se hospedó en él el general de la Orden Jerónimo de Seripando. En 1454 fue prior del convento el Padre Diego de Abanza. Aquí profesó en 1590 Fray Alonso de Méntrida, que marcho a Filipinas en 1598, de cuya provincia fue elegido Superior Mayor en 1623, muriendo en Manila a principios del año 1637, dejando escritas, entre otras obras, un Catecismo de Doctrina Cristiana en lengua bisaya. De él salieron decenas de frailes para la evangelización de las Indias y Filipinas, como Tomás de Ayala, Juan de Subijana, Juan Ayllón, Francisco de Aguirre, Pedro de Guevara, Francisco de Vara, Juan Pimentel, Cristóbal de Osma, Gabriel González, y así, una larga lista de ellos que incluían algunos naturales de esta villa como Luis y Hernando de Bustamante. En 1769 el convento era habitado por 10 individuos, 1 donado, 1 sacristán, 2 criados y 8 solteros. El censo del Conde de Aranda de ese mismo año dice haber 16 hermanos de órdenes religiosas. El monasterio atendía al ministerio del confesionario, predicación y asistencia a los moribundos de la villa.

En 1835 los frailes abandonaron el convento debido al decreto de exclaustración de Mendizábal, conservándose de él la fachada principal del edificio treinta años mas tarde, pasando a completa ruina en 1910, del que solo quedaba algún resto de sus muros. El valor arquitectónico del convento no debió de ser destacable, acorde con la sencillez de su interior, incluida su iglesia, que solo contaba con el sepulcro de mármol blanco y negro bastante bien adornado de su patrono, según cuenta Madoz en su diccionario Geográfico, con relieves de algún mérito, colocado en la iglesia al lado del Evangelio, junto al altar mayor, con la siguiente inscripción:

  Soli Deo honor et gloria.
 Aquí yace Bernardo de Oviedo y Puelles, del Consejo de Rey N.S.Don Felipe III y IV, su secretario, y de los descargos de las majestades cesáreas y católicas de los reyes de Castilla, mayordomo mayor del Excmo. Sr. Don Bernardo de Sandoval y Rojas, cardenal y arzobispo de Toledo, arcipreste de Guadalajara; primero y perpetuo patrono de este santo convento, él y sus sucesores: murió en 1649, R.I.P. 

 Don Bernardo de Oviedo y Puelles nacido en esta villa, donde fue bautizado el 22 de diciembre de 1574. Pertenecía a la clase de los hijosdalgo y fue sacerdote y arcipreste de Guadalajara, entró como secretario del Arzobispo Sandoval y Rojas y, posteriormente, secretario de Felipe III. Llegando a ser Secretario de los Reales Descargos. En 1631 firmó con el convento la escritura de patronazgo que le daba derecho, entre otras cosas, a colocar sus armas en la iglesia, a ponerle silla alta entre las gradas y el altar siempre que le pareciere y no a otra persona. El convento debía de darle sitio, cuando lo quisiera, en la parte del altar para por la parte de fuera, labrar el aposento o aposentos que quisiere con ventana de reja y puerta al dicho altar mayor, de los cuales aposentos y ventana ha de tener la llave el patrón y de su puerta que abre al altar la tendrá solo el prior, y por supuesto derecho a ser enterrado en la iglesia del convento, por lo que él mismo mandaría edificar su sepulcro en 1634. A cambio el convento recibiría una renta de 350 ducados y una limosna de 110 reales al morir.

También estuvo sepultado en la Capilla Mayor de este convento el caballero don Fernando Sánchez Bustamante y Claramonte, vecino de Illescas y descendiente de Carlo Magno, el cual tuvo que hacer probanza de su nobleza. Muerto en 1457, yacía en un sepulcro al lado del evangelio, con tres losas en las que se encontraban las armas de su apellido.

Hoy dia, la única pieza de la fachada que se conserva, es la imagen de la Virgen de Ceuta, reproducción del siglo XVI-XVII en piedra, que se encuentra en la portada de la iglesia de Santa María.

Las propiedades que llegó a poseer el monasterio se extendían por todos los pueblos de los alrededores, incluso algunos más lejanos. Como ejemplo de ello, citar el arriendo que el prior, Fr. Bernardo Luzio, y Fr. Francisco Sánchez, procurador del convento, hicieron en 1755 de las propiedades que poseían en Lominchar, arrendando por nueve años las tierras y diezmos a Gabriel Barrera, vecino de la villa de Villanueva de la Sagra. En total comprendían un total de 21 tierras (111 fanegas, 4 celemines y 25 estadales de marco de 600 estadales la fanega), por lo que debía pagar 55 fanegas de trigo, las 30 por la renta de las tierras y las 25 restantes por los diezmos de los frutos que produjesen, fueran pocos o muchos.

En lugar donde se levantara el convento, junto a la iglesia de San Andrés, hoy lo ocupa el colegio público, no apreciándose vestigio alguno que de testimonio de la construcción de antaño.

F.-Jesús Arroyo López.

domingo, 16 de febrero de 2014

CAPILLA DE LOS VÉLEZ Y CASTILLO DE CASARRUBIOS




La capilla fue mandada edificar como lugar de enterramiento por don Juan Chacón, Adelantado de Murcia e hijo de don Gonzalo Chacón (sí, el de la serie Isabel de TVE) y Señor de Casarrubios del Monte, no llegó a desempeñar su uso como tal.

Exterior de la capilla de los Vélez
 Don Juan Chacón, íntimo amigo de la reina Isabel desde su niñez, contrajo matrimonio con doña Luisa Fajardo, hija de don Pedro Fajardo, anterior Adelantado de Murcia, quien heredó dicho cargo y, por consiguiente, don Juan Chacón, ascendió a la nobleza y fue Capitán y Adelantado mayor del reino de Murcia.

 El matrimonio tuvo ocho hijos, de ellos, tres fueron varones; Pedro Fajardo Chacón (llevaba por delante el apellido de la madre), quien al morir el padre heredó el Adelantamiento y Señorío de los Vélez; Gonzalo Chacón Fajardo, que recibiría el mayorazgo y Señorío de Casarrubios del abuelo paterno y; Fernando Chacón Fajardo, quien fue Comendador de Aranjuez y ostentó varios cargos cercanos a la realeza.


Portada del castillo de Casarrubios del Monte

 Durante su mandato como Adelantado de Murcia, y sucesor del señorío de Casarrubios de su padre, don Juan Chacón mandó levantar varias construcciones, entre ellas el castillo de Casarrubios del Monte que, contra la voluntad de su progenitor, quería que fuera el emblema de su señorío en tierras toledanas. Por eso, este castillo, a pesar de tener traza militar, siempre se ha considerado un castillo señorial. La otra construcción fue la capilla de los Vélez en la catedral murciana, considerada la joya del templo. Don Juan Chacón murió en 1503, y ambas construcciones quedaron paralizadas al ser sufragadas con dineros del Adelantado .

Armas de Chacón en el exterior de la capilla

 Don Pedro Fajardo, como Adelantado de Murcia, retomó las obras de la capilla hasta su conclusión, en la que colocó las armas Chacón-Fajardo de la familia, en gran difusión por dentro y por fuera, además de las armas Chacón de su padre sostenidas por dos tenentes salvajes de origen medieval.

 Peor suerte corrió el castillo de Casarrubios del Monte. La suspensión de los capitales que sufragaban las obras, unido a la falta de interés del abuelo y la reclamación de herencia por parte de doña Inés Manrique, segunda esposa y, ahora, viuda del padre, más los pleitos contra Segovia por el caso de Navalcarnero, llevaron a un inacabado castillo que hubiera sido una copia pequeña del de Coca en Segovia. Más tarde, vendrías otros descendiente que intentaron retomarlas, pero la escasa necesidad de un costoso emblema para el señorío, nos ha privado de contemplar la majestuosidad con la que fue proyectado.

                                      Castillo de Casarrubios del Monte

 Tanto en uno, como, en otro, se colocaron los escudos de la familia Chacón-Fajardo, que podemos ver en la capilla de los Vélez, en Murcia, y en el castillo de Casarrubios del Monte. Pero este escudo, se volvió a colocar, una vez más, en el castillo palacio que don Pedro Fajardo Chacón, ya marqués de los Vélez, construyo en Vélez Blanco, en la comarca almeriense de los Vélez, pero con los cuarteles cambiados; Fajardo-Chacón, en lugar de Chacón-Fajardo como los anteriores. De ahí viene que la relación entre ambas edificaciones.


                        Casarrubios         Málaga               Vélez

  F.-Jesús Arroyo López.

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jueves, 23 de enero de 2014

¿SABIAS QUE…?



   Donde hoy se encuentra el colegio público, existió hasta el siglo XIX un famoso convento de agustinos del que salieron monjes a la evangelización de las Indias y Filipinas. .

    En el lugar que se encuentra la casa parroquial, hubo hasta los años sesenta del siglo pasado, un hospital para mujeres pobres naturales de Casarrubios, fundado por Pedro de Castilla, alcalde de los hijosdalgo de la villa, que se sustentaba con un molino de aceite, propiedad de dicho hospital.

    En la plaza de Casarrubios fue donde primero se proclamó, oficialmente, a la infanta Isabel como heredera al trono de Castilla. En ella se pregonó la carta que el rey Enrique IV firmó es esta villa el 24 de septiembre de 1468, mandándola a villas y ciudades dando a conocer su decisión.

    Lo que hoy conocemos como hospital, son los restos de un hospital refundado en 1530 con el nombre de Corpus Christi. Dicho hospital, se edificó sobre otro ya existente de mediados del siglo XIV. Restaurado en 1555 por el cura de la parroquia de San Andrés, don Rodrigo de Vivar y, vuelto a refundar en 1794 por Antonio de Arce y Acuña. Dicho hospital se mantenía con las rentas de tierras y tributos a él pertenecientes y llegó a funcionar hasta bien entrado el siglo XIX.

    La villa de Casarrubios del Monte fue la cabecera del sexmo segoviano que aún lleva su nombre, al él pertenecían pueblos como El Escorial, Robledo de Chavela, Chapinería, Valdemorillo, las dos Moralejas… y llegaba hasta Casarrubios, el más alejado de Segovia.

    La Torre Mocha es el único resto arqueológico de la imponente iglesia de San Andrés, destruida por la caída de un rayo en 1825.

    La Picota en un rollo de justicia originaria del siglo XIV. Esta “reliquia del tiempo” y valiosísimo patrimonio histórico, parece que se calló a finales del siglo XIX. Mal reconstruida, volvió a levantarse a principios del XX y, sin el menor criterio ni investigación, se ha hecho una burda réplica o “pastiche” que, colocado en la plaza, quiere dar testimonio de aquel rollo de justicia que en otros tiempos señalaba el poderío del Señor de Casarrubios.

    En la calle de la Veracruz existió una pequeña ermita, de la que tomó nombre la calle. Y, otra más, al final de la calle Empedrada, llamada San Antón, de la que alguno habrá conocido restos de su cimentación.

    El hoy llamado palacio, solo lleva el nombre y parte de la portada de lo que en otros tiempos se le llamó palacio de los condes de Miranda. Fue habitado por los señores y condes de Casarrubios desde su construcción a finales del siglo XV y llegó a su completa ruina a finales del XIX.

    El castillo o “fortaleza nueva”, como así le llamaban los lugareños para diferenciarle de la otra fortaleza o torreón sita en la patio del palacio, fue una construcción comenzada hacia 1484 y que nunca llegó a concluirse.

    La calle de Portugalejo, en principio, fue llamada de la Ronda, por ser la que bordeaba la muralla terrea que, en otros tiempos, rodeaba la villa.

    Los escudos nobiliarios que aún se encuentran en algunas de las casas de la población se deben a los muchos que había en el siglo XVI, ya que Casarrubios fue una de las poblaciones de mayor tradición nobiliaria de Castilla la Nueva junto con Toledo, Madrid y Guadalajara.

    A principios del siglo XVII Casarrubios fue un importante productor de estameñas; tejido de lana empleado, principalmente, para confeccionar, sobre todo, vestiduras talares eclesiásticas.

    En el siglo XIX la villa de Casarrubios del Monte era una de las pocas de Castilla la Nueva que poseían escudo propio. Armas que ya traía desde el siglo XVI, y que la ignorancia de los ediles decidió cambiar por otras que nada tienen que ver con la villa.

    Con frecuencia, y por desgracia, en algunos edificios municipales de Casarrubios, nos encontramos con la famosa placa de    "este edificio fue construido siendo alcalde…”, claro ejemplo de la egolatría de los ediles del momento, en menoscabo de otros monumentos, hechos y lugares merecedores de ser recordados con alguna información sobre su pasado que, a buen seguro, sería mejor valorado, al igual que hacen otros pueblos mostrando su interés en recuperar cualquier vestigio histórico por pequeño que sea, adecentándolos y dándolos a conocer a sus ciudadanos y visitantes.

    En sucesivos artículos iré explicando algunos de los monumentos que existieron en nuestra villa, de los que aún existen, y de hechos acaecidos en ella, ayudando a conocer el pueblo donde nacimos y a disfrutar de la historia del lugar donde se vive..

F.-Jesús Arroyo López.