viernes, 13 de marzo de 2020

CASARRUBIOS DEL MONTE EN EL CAMINO DE GUADALUPE

La recuperación de las peregrinaciones a Guadalupe, vuelve a poner a nuestra villa en el lugar que le corresponde en el antiguo Camino Real que une la Corte con el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, considerada por los peregrinos como un hito importante a lo largo del camino.

En la época de las peregrinaciones, los inspirados por la devoción de la pequeña talla de la virgen negra en tierras extremeñas, se ponían en camino para visitar el monasterio guadalupano. Los del noroeste de España llegaban a Segovia donde tomaban el camino segoviano por la margen derecha del rio Guadarrama o Calzadilla al encuentro con el camino real que venía de Madrid, por el que llegaban los peregrinos de la Corte y los que allí se incorporaban otras partes del territorio nacional. Saliendo de Madrid por el puente de Segovia, y tras andar un par de leguas llegaban a Alcorcón, de donde pasaban a Móstoles, pueblo distante 4 leguas de Casarrubios. De ahí el camino se dirigía a Arroyomolinos y, bajando por la rivera del arroyo que da nombre a este pueblo, cruzaban el rio Guadarrama unos cuatro kilómetros más abajo del actual puente de la A5.

El rio se vadeaba por un puente de tablas, siempre que puente y rio lo permitieran. En su defecto, una barca se encargaba de trasladar a los caminantes de una orilla a la otra aunque la mayoría de las veces, se hacía a pie o en las monturas correspondiente que, alguna vez, daban con el jinete en el agua, como relata Antonio Ponz en su “Viaje de España” camino a Casarrubios. Tras cruzar el rio se unía con el que venía de Segovia, continuando hasta el pueblo de El Álamo y de allí a Casarrubios del Monte.

Durante los siglos XVII y XVIII y, ante la inexistencia de un paso seguro del Guadarrama, asegura Jesús Rodríguez Morales, experto en caminos y calzadas romanas en la provincia de Madrid, la carretera de Extremadura se dividió en una serie de ramales distintos que unían apóstoles, Móstoles, con Santa Olalla.  Según este historiador, sigue diciendo que principalmente hubo tres caminos:

El de más al Norte, por Navalcarnero, Valmojado, Sta. Cruz de Retamar, Quismondo, (o por la variante de S. Silvestre) y Maqueda, es el que sigue la actual N.V. Es el que parece seguir la Guía de Guiuseppe Miselli, publicada en 1684," en su camino de Madrid a Extremadura y el que siguió en 1777 la reina madre María Ana Victoria en su viaje de Lisboa al Escorial."

El del medio, por Arroyomolinos, El Alamo. Casarrubios, Las Ventas de Retamosa y S. Silvestre es el del Itinerario de Postas de 1720. El camino iría por: Cordel del Arroyomolinos a cruzar el Guadarrama por el Puente de la Zarzuela, Antigua Cañada de Madrid. El Álamo. Carretera de El Álamo a Casarrubios, Casarrubios, Cordel de Hormigas (sic),Ventas de Retamosa. Camino Viejo de Ventas, Vereda de Guadalupe, Vereda que pasa por el Ceno Trinchuela, atravesando la carretera de Sta. Cruz de Retamar Portillo de Toledo en el Km. 21,3, por el camino que va pegado a la orilla del arroyo del Molinillo por S. Silvestre y El Molinillo, desde allí sigue con la misma dirección. que trae (WSW) hasta Sta. Olalla.

El tercero, el más meridional, es el que parece mis frecuentado desde mediados del s. XVIII, es el que señala Pedro Rodríguez Campomanes en su Itinerario de Postas de 1761 y que abre este GEOCACHING. Parece que el camino que siguió Ponz de Móstoles al puente de La Zarzuela era el de Arroyomolinos a Móstoles, que pasa junto al caserío de Valdefuentes y al arroyo de la Arroyada, más bien que el camino de la Antigua Cañada más al N. A continuación, pasado el incidente que nos demuestra que, efectivamente, el puente estaba frente al arroyo de Arroyomolinos y que había un vado allí, Ponz continuó viaje pasando por Casarrubios (una legua), Ventas de Retamosa (una legua), Venta del Gallo (una legua), entre Portillo y Fuensalida (una legua), Venta de Novés (una legua), hasta llegar a Santa Olalla (dos leguas). Este trazado se desvía del anterior en la Venta del Gallo, donde el Camino viejo de Ventas cruza el arroyo de Cantaelgallo. Allí toma la Cañada Real Segoviana en dirección SW hasta cerca de Novés y desde esta localidad sigue un camino bien trazado en dirección WSW que cruza la carretea de Maqueda a Val de Sto. Domingo en el km. 37,5, llegando hasta Sta. Olalla.

El camino más al Norte, parece ser el utilizado tardíamente y de menor uso hasta ser desviado por él la carretera de Extremadura, quedando como primitivos y más directos el del centro y sur y, por tanto, más transitados por los peregrinos que les llevaba por Casarrubios del Monte, siendo esta villa paso obligado, marcando la primera etapa desde Madrid en el camino de Guadalupe. Por él pasaban todos aquellos peregrinos que, desde la Corte, y una gran parte de la península, deseaban alcanzar el antiguo priorato en tierras extremeñas.
Tras andar una legua desde El Álamo, los peregrinos se encontraban con la ermita de San Sebastián, a extramuros de la villa de Casarrubios del Monte, que les daba la bienvenida y a cuya vera podían descansar antes de entrar a la población por la por la Puerta de Madrid, situada en la calle de la Villa, donde hoy se encuentra La Picota.

Casarrubios del Monte se encontraba amurallada y era cerrada por la noche, por lo que los peregrinos se podían encontrar seguros en ella. Al ser lugar de paso del camino real que unía Madrid con el reino de Portugal, el paso de viajeros era incesante y contaba con varios alojamientos: el primero que encontraban estaba situado en la calle de la Villa, a pocos metros de la puerta por la que habían accedido, perteneciente al Colegio de Niñas de Ntra. Sra. de la Paz de Madrid, a continuación estaba el Mesón del Conde, frente a la iglesia de Santa María y, ya en la plaza, tenían otro que, junto con el de la esquina de la calle de la Hoz, el de la calle Empedrada, Carreteros y Alamillo, completaban el número de mesones y posadas  que, a lo largo de los siglos fue variando, donde los peregrinos podían pasar la noche. También fue lugar de parada y fonda de muchos transeúntes, viajeros, muleros, caminantes, diligencias, etc. y lugar de encuentro para muchos que, por seguridad o hacer el trayecto más ameno, encontraban compañía para realizar juntos el camino hasta tierras extremeñas.

En la villa, la Hermandad del Santísimo Sacramento regentaba un hospital que acogía a cuantos caminantes y peregrinos necesitaban curar sus dolencias y heridas antes de continuar el camino.

La salida la hacían por la Puerta de Toledo, situada frente a la gran plaza (Campillo) flanqueada por la Iglesia de San Andrés y el convento de agustinos, a la que se accedía a través de un puente de ladrillo. Antes de abandonar la villa, los peregrinos acudían al monasterio a venerar a la Virgen de Gracia y pedirle mercedes para el resto del camino que continuarían por el Arenal y el camino que llamaban de Guadalupe, a espaldas de la calle Empedrada, llegando a la ermita de San Antón donde, finalmente, tomaban el que les llevaría a Las Ventas de Retamosa. 

Del paso de peregrinos por la villa de Casarrubios del Monte nos hablan diversas obras literarias del Siglo de Oro, y algunos otros documentos sobre peregrinos ilustres a lo largo de la historia como el paso de Juan II, padre de la reina Isabel, que dice haberlo realizado en romería en 1435. “El 17 de febrero de ese año, Juan II llegó a Casarrubios, donde pasó la noche”.

Le seguiría su hija, la reina Isabel la Católica que, tras pasar cuatro días con su esposo, el rey Fernando, en Casarrubios, el 21 de abril de 1477 se despidieron tomando caminos diferentes. El rey partiría para el cerco que los ejércitos tenían puesto a los portugueses y la reina hacia Guadalupe. 

Felipe II también hizo una peregrinación a Guadalupe pasando por Casarrubios del Monte, al que seguirían Felipe III y Carlos IV. Todos ellos siguieron el camino real que unía la Corte con Extremadura que les acercaba a Guadalupe y, luego, continuaba al reino de Portugal.

Una vez más, Casarrubios del Monte tuvo su lugar en la historia dando infraestructura a un colectivo social en la España de las peregrinaciones. Ofreciendo una villa segura con servicios de alojamiento, sanitario y espiritual a los peregrinos que visitaban en el monasterio de agustinos la imagen de Ntra. Sra. de Gracia.

Fausto J. Arroyo López