Desde mediados
del siglo XII, con las migraciones de los judíos a las zonas cristianas de la
Península, acentuándose tras la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, y hasta
los albores de la toma de Granada, las zonas de Castilla se vieron habitadas
por gran número de judíos. Casarrubios del Monte no iba a ser una excepción, el
estar alejada de las grandes ciudades donde el acoso a este grupo étnico era
continuo, favorecía su aumento.
El mayor auge
lo tuvo en tiempos de Enrique IV, donde los cobradores de alcabalas y algunos
oficiales de este monarca, vecinos de Casarrubios, eran judío. Alcanzando el
mayor número de población judía a finales del siglo XV.
Aunque los
censos no diferencian entre judíos y cristianos, sí señalan los tributos que
estos debían pagar, lo que permite conocer que dicha población era numerosa.
Las alcabalas que pagaban los judíos de Casarrubios del Monte fueron las
siguientes:
Impuestos
anuales año 1474 ........
1.000 maravedíes
“ “ “ 1482 ........ 1.000 “
“ “ “ 1592 ........
1.000 “
Tributos “ “ 1481 ........ 9.820 “
“
“ “ 1485
........ 34 castellanos
El valor de 1 castellano en 1483 equivalía a
485 maravedíes.
En 1474 se
repartió una contribución entre las juderías de Castilla de 450.000 maravedíes,
de las cuales a la de Casarrubios le correspondieron 1.000 maravedíes que, distribuidos
entre las familias judías de la villa, a cada una le tocó pagar 50 maravedíes. Cantidad
que se repetiría en los años 1484, 1485, 1490 y 1491 que, sumado a los pagos de
altos impuestos en el periodo cercano a la guerra con Granada, fue aumentando
paulatinamente con el fin de sufragar dicha contienda. La comunidad judía llegó
a soportar una carga impositiva de 9.820 maravedíes en 1481 y 16.490 en 1485.
La población de
Casarrubios rondaría los 3.000 habitantes hacia 1474, de los cuales, 150 serían
judíos, sin embargo, en el siglo XVI, tras la expulsión, se denota una lógica
disminución de la población. Las alcabalas que pagaban los judíos se redujeron
de 16.490 a 1.000 maravedíes, lo que hace suponer que en esta fecha quedarían
en el pueblo unas 10 familias de judíos bautizados o judíos-conversos.
El profesor Haim
Beinart, especialista en temas hebraicos, a través de sus escritos ha permitido,
que hoy se conozcan aspectos sociales sobre la vida, costumbres y ritos
practicados por las familias judías y judío-conversas o judaizantes que
habitaban Casarrubios del Monte en el siglo XV, así como las relaciones que mantenían
con el resto de ciudadanos cristianos de la población.
Se conocen algunos
nombres de las familias judías que habitaban nuestra villa en esa época: la de
los Husyllo, con Fríame Husyllo, Salomón y su esposa Jamila, Abraham y su
hermano Mose Husyllo, Samuel Abenjamín, zapatero; Jaco Arugo, también zapatero;
Isaque Jayti, que era sastre; Buen Açemayas, tundidor de paños. Algunos fueron
bautizados y adoptaron nombres cristianos
convirtiéndose en judíos-conversos, como Juan González de Madrid y su
esposa, matrimonio al que la inquisición condenaría tras un largo proceso, pero
esto es otra historia... Estos gozaban de cierta posición, contando entre sus criados
con varios judíos y alguno cristiano, como Juana la Vaqueriza y Mari Sánchez,
criadas en casa de este matrimonio de conversos, Alonso de Guzmán, Diego y
Catalina, hija de Casanueva, etc.
Entre las costumbres que practicaban los judíos en Casarrubios, se
pueden citar el ritual llevado a cabo cuando falleció el padre de Juan González.
Al fallecido se le hizo una almohada de tierra para que en ella apoyara la
cabeza, con la intención de establecer la unión entre el cadáver y la tierra
virgen, por lo que se le perdonarían diversos pecados. Los hijos, que eran los más
allegados, se rasgaron las vestiduras y celebraron en mesas bajas la comida de
luto, en la que se sirvieron huevos y pescado. Los parientes del difunto,
vestidos con trajes judíos, rezaron por él en su casa, pasando posteriormente a
la sinagoga de Casarrubios, donde elevaban plegarias por el fallecido,
guardando luto durante siete días. En cuanto a las fiestas que celebraban, eran
las normales entre el pueblo judío.
En 1480, en la
villa de Casarrubios del Monte, previo a la guerra con Granada, que dio paso a
la expulsión definitiva del pueblo judío de España, nos encontramos con una población amurallada,
de la que se salía a través de sus tres puertas. Fuera, una fortaleza comenzada
a construir al norte y una enorme iglesia-fortaleza al sur. Gran número de sus
habitantes eran judíos y, aunque existía la judería, casas pequeñas con
habitaciones reducidísimas, donde se encontraba la casa del rabino que atendía
a la comunidad, y por supuesto la sinagoga donde practicaban sus ritos y
oraciones, no todos vivían en ella.
Es de especial
importancia encontrar documentada la existencia de una sinagoga y de la casa
del rabino, en un documento fechado el 31 de mayo de 1375, mediante el cual,
aparece "Doña Inés de Ayala, la hija de Ferant Pérez de Ayala y su mujer
que fue de Diego Gómez, quien fuera Alcalde Mayor de Toledo" trasfiriendo al Monasterio
Agustino de Casarrubios algunos bienes, entre otros “ ... las casas de la judería, sin la sinagoga y sin la casa del Rabí,
que es de dicho lugar Casarrubios”
La sinagoga,
que documentos y testigos refieren en este lugar, existencia lógica por la
colonia numerosa de judíos que aquí habitaba, no señalan su ubicación exacta, pudiendo
haber estado enclavada en dos lugares diferentes; uno es el que hoy ocupa el
hospital del Corpus Christi, que en sus comienzos se instalara en la sinagoga
que había perdido todo uso. El otro pudo ser donde más tarde se levantó la
Parroquia de Nuestra Señora de la Natividad (Santa María), que si la salida de
España de los judíos no conversos fue en julio del año1492, se supone que a
partir de esa fecha dejó de tener sentido un templo judío, aprovechando los
terrenos para levantar un nuevo templo cristiano que comenzó a edificarse en
1511, a los diecinueve años de haber dejado de utilizarse la sinagoga,
considerada, dentro de las principales de España, como una de las de cierta
relevancia del Arzobispado toledano, junto con las de Maqueda, Ocaña, Talavera
y Toledo.
De la
convivencia existente entre ambas culturas, se originaron ciertas relaciones
sentimentales, fruto de las cuales, naciera a finales del siglo XV Juan de Dios
o Juan Ciudad, como así lo afirman vecinos de Casarrubios en 1576, diciendo ser
natural de esta villa
“el que fundo el famoso hospital de Granada”.
Cercano a la
fecha de nacimiento de este personaje, se ejecutó en la villa a un judío
precisamente por haberse “entendido”
con una cristiana. Estos “hijos del pecado” eran silenciados y obligados a
desaparecer, escondiendo su identidad, errando por otros lugares, lo que
provocaría la marcha de Juan Ciudad, lo que hace difícil hallar sus raíces a
biógrafos y estudiosos, pero que los vecinos del pueblo lo tenían muy claro
cuando aún no había pasado un siglo de que este niño, solo o con su madre, salieran
del pueblo.
Hay autores
que coinciden en afirmar en ciertos escritos que San Juan de Dios fuera de esta
villa, como por ejemplo M. A. García Olmo quien dice:
“...hace casi cinco siglos un oscuro soldado de
Casarrubios del Monte (Toledo), que, habiendo oído predicar a San Juan de
Ávila, vendió sus bienes y se tiró como un demente (llegaron a internarle
creyendo que estaba loco) a socorrer a los que nadie se molestaba en mirar
siquiera. Hoy es venerado como San Juan de Dios, su obra brilla y se halla
extendida por el mundo”.
O Fray José
Luis Martínez Gil, antiguo farmacéutico del Vaticano, quien tras largos años de
estudio, también afirma que San Juan de Dios nació en Casarrubios del Monte en
el año 1495, hijo de padres judíos, y no en Portugal, como su primer biógrafo
lo sitúa, tal vez, con la intención de tapar su ascendencia judía y, por
último, el descrito en este mismo blog, don Ángel Basteros Sahorí, quien lo
afirma en su novela La Cruz de
Casarrubios, Juan de Dios Santo y judío.
F.-Jesús Arroyo López
“el que fundo el famoso hospital de Granada”.
F.-Jesús Arroyo López